En las representaciones plásticas de la ciudad ideal del Renacimiento no hay lugar para la naturaleza. Los lugares públicos aún carecían de jardines y los bosques se hallaban fuera de las murallas. Las mejores construcciones contemporáneas, por el contrario, se adaptan al lugar y buscan integrarse en el paisaje, los árboles y el entorno dentro de los espacios habitados. Jugando con esta idea se ha creado esta serie, cercana a la abstracción, en los que es difícil distinguir el exterior del interior. Espero que alguien al verlos recuerde a Mies o a Sert.
Arquitectura en el paisaje I
Acrílico sobre lienzo, 47,50 X 47,50 cm.
Perteneciente a una serie donde la naturaleza parece invadir las construcciones. Juego, además, entre la figuración y la abstracción.